TRES POEMAS DE ENRIQUE CARLOS
EL PÁJARO
Encarnadas luces en mis ojos
ojos negros estos en lo negro
luces que hacen parecer que brinco
otra vez
mi sorda tristeza esconden.
Descompuestos relojes en el pecho
su propio réquiem bailan mis zapatos.
su propio réquiem bailan mis zapatos.
Ruido de compás deshabitado
descoyuntado vacío en el fondo del alma.
Mi vena es una aguja
de la vena a los oídos. Este ir sin venir
este sombrero.
My saxophone is dead.
My saxophone is the end of the world.
Cóncavo metal este que usurpa mis pulmones.
J.D.
Sobre mi porsche voy
fumando la ausencia y cabalgando
un cigarrillo.
descoyuntado vacío en el fondo del alma.
Mi vena es una aguja
de la vena a los oídos. Este ir sin venir
este sombrero.
My saxophone is dead.
My saxophone is the end of the world.
Cóncavo metal este que usurpa mis pulmones.
J.D.
Sobre mi porsche voy
fumando la ausencia y cabalgando
un cigarrillo.
Caminar en la cuerda floja
si la cuerda es difícil
debe llevar a algún lugar.
si la cuerda es difícil
debe llevar a algún lugar.
El sol teje la tarde
inadvertido
me convierte en el fantasma
de la muerte.
inadvertido
me convierte en el fantasma
de la muerte.
Hundo mi pie en el acelerador
mi voz en la garganta.
Entero hundo mi cuerpo
en la chaqueta de cuero
y en un verso de Lord Byron.
mi voz en la garganta.
Entero hundo mi cuerpo
en la chaqueta de cuero
y en un verso de Lord Byron.
Sobre la cuarenta y uno voy
y la cuerda floja parece terminarse
al este del paraíso.
LÁPIDAS
Enrique Carlos
Tomados de El show de los muertos
Impronta Casa Editora, 2014
y la cuerda floja parece terminarse
al este del paraíso.
LÁPIDAS
[...] Silba mi madre un camino largo. El sol a cuestas en los hombros de mi padre. Yo soy el muerto. El silencio de los mudos cuando aprietan los puños. Calló mi madre. Mi padre anocheció. Yo soy el que en la madrugada aprendió a arder [...] Bajando del tejado donde toqué su violín como una triste cabellera. Ella es como sangre de lirio. Un incendio en la nieve [...] Derramado. Camino por las celdas como por un cementerio. No sé dónde ha pasado tanto dolor mi corazón, pero hoy por fin le cavaré una tumba. Lavaré su rostro en su tercera caída [...] Clavarle un cuchillo a tan miserable silencio. El mediodía todo se pone azul [...] Con los pies montados en la sombra levanto un lamento de algodon hasta las nubes. Revivo el incendio de los tristes [...] Miro los muslos de mi muchacha mientras duerme. El mundo es cada vez más pequeño y pienso que podría llevarlo oculto entre las piernas. Mi mano sostiene la ceniza. La tumba me sostiene en su mano. Mi corazón se deshoja sobre sus rodillas [...] Debe ser tarde. Tanto que mis ojos se han puesto negros [...] Miro las copas prendidas de la noche como estrellas. Me asemejan a un meteoro. Estos ojos de ángel. Esta lágrima funesta en la mejilla. Bebo el insomnio de esas copas. Estoy actuando mi papel de ausencia [...] Miedo a dormir. En todos lados te sueño. Un crisantemo entre los labios me pones. Ganas de golpear una pared hasta no sentir nada. Desaparecer en un charco de sangre [...] Hay dos manos negras. Las mías. Limpian y pulen el néctar de las lágrimas. Un carbón amargo. Un tizne líquido [...] Mis ojos se apagan como las luces que anteceden la función. Escucho la muerte como una bailarina. Todo mi cuerpo es un escenario [...] Vengo del país del oro. Hasta mi muerte cuando muero brilla [...]
Tomados de El show de los muertos
Impronta Casa Editora, 2014
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