CINCO POEMAS DE ROBERTO JUARROZ
*
Lo enterraremos todo,
los brazos, el movimiento y la pala,
la pasión de los viernes,
la bandera de andar solos,
la pobreza, esa deuda,
la riqueza, esa otra.
los brazos, el movimiento y la pala,
la pasión de los viernes,
la bandera de andar solos,
la pobreza, esa deuda,
la riqueza, esa otra.
Lo enterraremos hasta con sabiduría,
cortando sabiamente los terrones,
o cortándolos sin darnos cuenta, sabiamente.
cortando sabiamente los terrones,
o cortándolos sin darnos cuenta, sabiamente.
Un resto de mirada
quedará flotando como un pincel absurdo
sobre la tregua doblemente fiel de todo ausente.
Y menos mal que no habrá nadie
para escarbar luego bien hondo
y descubrir que no hay nada enterrado.
quedará flotando como un pincel absurdo
sobre la tregua doblemente fiel de todo ausente.
Y menos mal que no habrá nadie
para escarbar luego bien hondo
y descubrir que no hay nada enterrado.
*
Me ha despertado una palabra entre mis labios,
una palabra que parecía pronunciarse a sí misma.
una palabra que parecía pronunciarse a sí misma.
¿Tendrán acaso algunas palabras
la autonomía suficiente
para ejercer su propia iniciativa,
articular los órganos precisos
y ascender la cuesta del sonido?
la autonomía suficiente
para ejercer su propia iniciativa,
articular los órganos precisos
y ascender la cuesta del sonido?
¿Y quizá alguna de esas palabras
no podrá también prescindir de las formalidades habituales,
descartar la fonética
y generarse a solas, por su cuenta?
no podrá también prescindir de las formalidades habituales,
descartar la fonética
y generarse a solas, por su cuenta?
Tal vez mañana venga otra palabra,
que nadie ha pronunciado,
a entreabrirme los labios desde afuera.
Entonces perderé para siempre
la administración fugaz de mi silencio
y el control engañoso de mi voz.
que nadie ha pronunciado,
a entreabrirme los labios desde afuera.
Entonces perderé para siempre
la administración fugaz de mi silencio
y el control engañoso de mi voz.
*
Cualquier movimiento mata algo.
Mata el lugar que se abandona,
el gesto, la posición irrepetible,
algún anónimo organismo,
una señal, una mirada,
un amor que volvía,
una presencia o su contrario,
la vida siempre de algún otro,
la propia vida sin los otros.
el gesto, la posición irrepetible,
algún anónimo organismo,
una señal, una mirada,
un amor que volvía,
una presencia o su contrario,
la vida siempre de algún otro,
la propia vida sin los otros.
Y estar aquí es moverse,
estar aquí es matar algo.
Hasta los muertos se mueven,
hasta los muertos matan.
Aquí el aire huele a crimen.
estar aquí es matar algo.
Hasta los muertos se mueven,
hasta los muertos matan.
Aquí el aire huele a crimen.
Pero el olor viene de más lejos.
Y hasta el olor se muere.
Y hasta el olor se muere.
*
Llaman a la puerta.
Pero los golpes suenan al revés,
como si alguien golpeara desde adentro.
Pero los golpes suenan al revés,
como si alguien golpeara desde adentro.
¿Acaso seré yo quien llama?
¿Quizá los golpes desde adentro
quieren atrapar a los de afuera?
¿O tal vez la puerta misma
ha aprendido a ser el golpe
para abolir las diferencias?
¿Quizá los golpes desde adentro
quieren atrapar a los de afuera?
¿O tal vez la puerta misma
ha aprendido a ser el golpe
para abolir las diferencias?
Lo que importa es que ya no se distingue
entre llamar desde un lado
y llamar desde el otro.
entre llamar desde un lado
y llamar desde el otro.
*
Brindar con el último trago,
no con el primero.
Brindar cuando la copa está vacía
y aguardar un momento,
por si hay alguien que comparta ese brindis.
no con el primero.
Brindar cuando la copa está vacía
y aguardar un momento,
por si hay alguien que comparta ese brindis.
Y si nadie responde
brindar con la copa vacía
y por poder pensar aún
una copa posterior a la última.
brindar con la copa vacía
y por poder pensar aún
una copa posterior a la última.
Y beber lo que queda.
Roberto Juarroz
Tomados de Poesía vertical
Cátedra, 2012
Tomados de Poesía vertical
Cátedra, 2012
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