SIETE POETAS NÓRDICOS




LAVANDO LOS PIES DEL ÁNGEL

Lavan los pies del ángel,
ha caminado con los pies descalzos
y ha entrado a la casa por accidente, como un insecto.

Los demás salieron huyendo
cuando él entró,
como si el fuego se les hubiera acercado demasiado.

Largo rato estuve escuchando que alguien llamaba,
pero por miedo;
quien siente miedo no puede hablar.

El mundo también es un planeta
para ángeles,
ahora uno está sentado solemne y erguido frente a mí.

Me he soltado el cabello,
he traído una tina de agua
y he escobillado el polvo celestial de sus pies.

Si al amor puede vérsele desde la perspectiva de un pájaro,
no es amor
sino otra cosa.

El sol poniente en un momento de gracia entra por la ventana,
advierto las rasgadas plantas de los pies del ángel.
Mientras yo esté lavando, no gritaré.



Pia Tafdrup
[Copenhague, Dinamarca, 1952]



POEMA DANÉS

El sol brilla todavía
y yo escribo para que siga brillando
escribo a pesar de la lluvia
porque la lluvia no escribe poemas
pero riega los árboles
para que den frutos
y produzcan plantas
que los cerdos comen
y puedan así engordar
y los ganaderos de cerdos los vendan
y cobren más dinero
al vender más cerdos gordos
y ampliar su comercio
oportuno en Polonia
y produzcan cerdos más gordos aún
para permitirnos continuar
cebándonos y matándonos de alcohol.



Thomas Boberg
[Roskilde, Dinamarca, 1960]



*

Es un desperdicio
vaciar
la buena orina
en la cloaca
Piensa en todas
las pruebas que se harían
―azúcar y ácido
extrañas enfermedades
embarazo
Y qué hay ahora de aquellos
en los que habría meado
―un rayo tan
corrosivamente amargo que
dio en el blanco
y manchó la seda
y la reputación
y el honor
que aún creían
conservar
Es un desperdicio de orina.



Pia Juul
[Korsør, Dinamarca, 1962]



CABALLO, DE CARA AL CIELO,
SALE DISPARADO DE SÍ MISMO COMO
UNA REALIDAD SIN MUNDO


Los caballos tienen que estar enteros
Los caballos tienen que estar enteros en el bosque
Los caballos tienen que estar enteros allá en el bosque y esperar
Con los amplios belfos colgados los caballos tienen que estar allá
Los caballos deben esperar ahí donde los árboles estén
Donde la fuente se llene sola deben los caballos estar enteros
Los caballos han tenido la cordura de venirse acá
Para los caballos que están enteros hay un bosque allá
Para los caballos que están enteros hay árboles grandes
Hay cobijo para caballos que han llevado todo consigo
Caballos que han llevado consigo belfos amplios que colgar
Caballos que han llevado consigo la mirada allá donde tienen una fuente
Hay cobijo para caballos que se han mantenido en la piel
Para caballos que tienen una piel que está llena de caballo
Allá pueden esperar los caballos henchidos de caballo
De cara a la tierra, con los cascos bajos, con la cabeza inclinada totalmente
Con la cabeza inclinada hacia la tierra pueden comer, pueden beber
Pueden llenarse con caballo exactamente limitado
Mantenido en la piel, entero, los caballos tienen que estar enteros
No salir disparados de sí mismos como una realidad sin mundo



Inger Elisabeth Hansen
[Oslo, Noruega, 1950]



*
Guernica, 1937 – Bagdad, 2003

Cuando el secretario de estado de Estados Unidos
iba a rendir su informe sobre la invasión de Irak
descubrió que el Guernica de Picasso
colgaba de la pared atrás del estrado
e instantáneamente se encargaron de
cubrir la pintura

Picasso pintó un caballo y un toro
que levantaban las cabezas sobre montones
de cuerpos mutilados
pero se negó a explicar el simbolismo
dijo «Un caballo es un caballo, un toro un toro
y sólo pinto las cosas como las veo»

El Guernica no impidió
al secretario de estado pronunciar su discurso
el cuadro cubierto fue un cuadro
de lo que deberíamos haber sabido
y lo que deberíamos haber entendido

Yo escribo y por ello participo
y ya que participo
no soy un testigo veraz
o dicho de otra manera:
que yo ame y sufra no prueba nada



Steinar Opstad
[Stokke, Noruega, 1971]



[VERSE A LA CARA]

Granos de pimienta, pupilas
cabezas de alfileres pasan
rodando. Son las caras de la gente
que viaja a donde nadie sabe
quién es. No se ven más claras
que en el tren ―cada una en su ventana,
en fila, a gran velocidad y en rieles: obedientes,
como en una historia―.
Cómo me hice así,
gotean al
estanque de la cara: una pregunta
más larga que la vida: ¿Cómo podemos
continuar siendo nosotros? El rímel
en el ojo saturado contesta: Soy yo
el que espanta a la cara
todos los días, yo veo y veo
hasta que no queda nada. La cara es
lo-que-no-regresa ―para ser-igual
a todas las demás, brillante, accesible, obvia―.
La mirada burbujea en el plato de la cara, muchedumbres se bañan en ella.
Las caras son reconocidas como todo lo que no son.
Como punto central.
Así están sentadas en los andenes
y sostienen sus platos hacia el frente,
donde gotas tan grandes como los ojos guiñan y fluyen.
En el plato estoy yo y me parezco a todos los que he conocido.



Gunnar Wærness
[Trondheim, Noruega, 1971]



*

Un hombre
pregunta sobre

el transcurso del dolor
de la espalda al tobillo

para responderle
el médico le ofreció

un isótopo radiactivo
y lo puso en su lengua

la culpa sigue
cada hueso del cuerpo

con su anatema

siempre este sentimiento
de que nos encogemos

y que el mundo
estalla en nosotros



Marie Lundquist
[Jönköping, Suecia, 1950]















Tomados de Proyectos para un nuevo cielo [Poesía nórdica contemporánea]
Práctica Mortal / Dirección General de Publicaciones, 2011